Siempre detrás del libro estaba su cara,
Siempre que lo miraba me nombraba.
Poniéndome el collar se paseaba,
Y volvíamos cuando menos lo esperaba.
Si gritaba, estaba enojado,
Si me hablaba, estaba contento.
Así de raro era su temperamento
Hablaba solo, me retaba si yo lo hacía
No naufrago si pienso que me quería.
En la puerta de casa me soltaba y esperaba,
Yo me alejaba y se alteraba, si quería no me atrapaba,
Pero no soy tonto, me quedaba cerca, por si se escapaba.