Las horas descarrilan.
Los días se esconden.
Las noches se inquietan.
Mi cabeza sigue lejos de mi cuerpo,
mi voluntad vuelve a naufragar.
Piso mis huellas en un sucio camino.
La locura acecha,
el delirio está presente,
tapo el sol con mi realidad.
La arena pesada del tiempo.
Las promesas repetidas.
La culpa de que el mundo duela.
Alguna vez pensé que iba a poder,
alguna vez subestimé.
Mis noches no terminan cuando sale el sol.
El sueño, un alivio.
El día, una terrible oportunidad.
Sé qué camino tomar, sé que no lo puedo hacer.
Se abre la cicatriz de mi alma,
es bajar una vez más,
es sacarle sorpresa a la muerte.