Las palabras se humedecen en los ojos.
La mirada calla blasfemias atropelladas.
Las manos tiemblan con pañuelos de agua.
La boca sangra un gesto que desgarra.
Vendrán las miserias de los
verbos en pasado,
los recuerdos que
dejan acorralado.
Y este mirar de frente la vida
porque aún late aquí,
sobre mi costado.