Me dijo de comer a la luz de las velas y bajo esas estrellas maravillosas.
Me gustó lo de las velas, lo demás es inevitable.
Me dijo que iba a necesitar unos minutos para decirme lo que siente.
Me pregunté con curiosidad qué será. Lo del tiempo que use es irrelevante.
Me dijo que durante el tiempo que estuvimos separados, no hizo más que pensar en mí.
Creo que exagera, en algo más tuvo que pensar.
Me dijo que no puede vivir sin mí.
Sé que miente, lo hizo hasta recién y creo que seguirá haciéndolo impunemente.
Me dijo que nunca conoció a alguien como yo.
Lo sé también, somos seres únicos.
Me dijo que está confundida.
Yo no sé qué explicarle.
Me dijo que llegó a llorar por mí.
Agradezco y rápidamente me disculpo.
Me dijo que me necesita.
Me vino la imagen de mi vieja y la insulina.
Me dijo que todo le recuerda a mí.
Me solidaricé con su tormento.
Me dijo que cuando su madre me nombra, se queda seria.
Recordé que yo también.
Me dijo que mejor dejar todo así y seguir con nuestras vidas.
Le contesté que estaba bien lo primero y que nunca me animé al suicidio.