Robarle a un poeta,
entrar a su casa y revisar el cajón.
Llenar mi bolsa de metáforas y desamor.
Que se descuide el pintor
y, en una ráfaga de lucidez,
dejarle su cuadro sin color.
La guitarra y su cantor
buscan la melodía
que en un frasco bien tapado,
al comienzo de un día,
hurté con amor.
Tengo poesías, melodías y color,
tengo ausencia de talento.
Tengo todo a disposición.