Entre mi ateísmo y tu agnosticismo,
nuestra charla mística duró
una mirada cómplice.
Entre nuestra sed y las copas,
el brindis fue en silencio.
Entre tu timidez y mis miedos,
quemaba mirarnos a los ojos.
Entre tu ideología y mi anarquismo,
llegaron nuestros platos, y comimos.
Entre mi humo y tu asma,
dilatar la cena molestaba.
Entre tu belleza y mis ansias,
el despido me asustaba.
Entre tu adiós y mi educación,
escribir en silencio,
novelar, mejorar la realidad,
es mi única opción.