Simulacro

Ahora es cuando lleno el tanque de nafta y manejo por la ruta sin saber a dónde ir pero sabiendo que no debo parar. Acelerar y llevar mi frustración; alejarme como si hubiese explotado Atucha. Escaparme. Dar el paso. 

Llegando a Rosario freno en una estación de servicio. Una chica con cara de sueño e intención de abandonarlo todo me saluda. Echa nafta mirando el vacío. Pienso cuánto tardará o cuándo se animará a dar el paso y dejar todo atrás. Cuál será la acción que la active. O solo tiene un mal día, pero no creo: conozco bien la mirada sin vida, conozco cómo mira.

Ya pasando Rosario mi teléfono suena y, en manos libres, mi hijo me pregunta a qué hora voy a llegar, y si me acordaba que a la noche íbamos al cine.

Miro el reloj y confirmo que una hora antes del cine estaré en casa.

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