Volver a jugar

Me espiás la conciencia y 

me llevás remolque las ganas.

Entonces te sigo

simulando velocidad,

con mis dolores por testigos.

Veo tu vida como un milagro.

Noto en tus ojos 

el temblor de mis manos.

Cuando las articulaciones 

me ponen al tanto de mi edad,

me sonrío entre pastillas y cama,

esperando tu voz, soñando,

esta bendita locura 

de volver a jugar. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio